Blog, Opinión

PORQUE ME VEO, TE VEO.

Hacía bastante tiempo que no abría esta categoría del blog dedicada simplemente a OPINAR. El fin de semana ha sido tan bonito y enriquecedor, que ha movido en mi algo que necesitaba sacar y compartir.

Hace dos años que comencé la «formación» en terapia Gestalt. Entrecomillo la palabra formación, porque cada fin de semana que la disfruto, la siento mas parecida a una manera de vivir, que a una forma de hacer terapia.

En el último módulo hemos hablado de APOYO y CONFRONTACIÓN. Para explicarme y simplificar dos términos en principio sencillos de definir y complicadísimos de accionar, hablaríamos de apoyar, cuando señalamos lo que creemos auténtico de una persona y de confrontar cuando hacemos lo mismo, pero con aquello que no nos parece genuino. Os hablo en todo momento de trabajo con personas adultas, aunque irremediablemente, vienen a mi cabeza los peques.

APOYAR lo que nos parece genuino. Esta frase me resuena una y otra vez en la cabeza.

Creo firmemente que todas las criaturas nacen genuinas. Aunque también lo hacen fusionadas con la mamá, es decir,  no existe en ellas conciencia de SER una persona diferenciada. Conforme van creciendo, se van dando cuenta que no son mamá, que existe un tú y por lo tanto existe un YO. Y que si existe un TU, puede suceder que en algún momento pueda haber un NO TU, que la persona adulta a la que estamos apegados, la que nos da seguridad, amor y cuidados, puede irse y ¿qué sucede si se va?. Como entenderéis un niño o niña pequeños, no pueden valerse por sí mismos, así es que la sensación debe ser algo parecido a: «si no estás, me muero porque yo solita, no soy capaz de sobrevivir».

Es en este momento, cuando las criaturas empiezan a adaptarse a lo que hay: a los miedos de papá, a las manías de mamá, a la forma en la que le habla la abuela… Adaptarse a lo que hay, es una magnifica estrategia para no perder la seguridad y el amor. Una magnífica estrategia para SOBREVIVIR.  Pero entonces, ¿dónde se queda lo genuino?.

La pregunta no es más sencilla que la respuesta. Opino que es imprescindible, al menos para las personas que trabajamos en el ámbito infantil (terapeutas, educadores y educadoras y docentes principalmente), «darse una vueltita».  Conocernos un poco más, ver que nos pasa, que nos gusta o disgusta, cómo nos movemos, QUE SENTIMOS, qué pensamos y RESPETÁRNOSLO.

Y una vez hecho esto, igual somos más capaces de ver al peque que tenemos enfrente con una mirada menos viciada de nosotros mismos. Una mirada que es capaz de ver lo auténtico del otro, porque sabe lo auténtico que hay en uno mismo y en una misma.

 

 

 

 

Blog, Educación

EDUCACIÓN ACTIVA: APRENDER DESDE LA NECESIDAD

Esta entrada refuerza el  nuevo campo de difusión en el blog orientado a la EDUCACIÓN.

Cada vez más, son los centros educativos que abren sus puertas a los proyectos educativos que siguen unas líneas pedagógicas ALTERNATIVAS.

Para hacer una presentación  de estas «nuevas» formas de aprender, os dejo este texto de mi compañera y acompañante Estefanía Olivera Velardiez.

 

¿QUÉ ES LA EDUCACIÓN ACTIVA?
La Educación Activa es una nueva visión educativa que parte de la importancia de los intereses y necesidades de las niñas y de los niños, colocándolos en el eje central de toda la dinámica de aprendizaje.

¿CÓMO SE APRENDE?
El aprendizaje se entiende como un proceso que responde a una inercia de dentro hacia afuera, ya que surge de una curiosidad innata y de unas necesidades auténticas de desarrollo.
Promovemos la visión del juego y de la actividad espontánea de las niñas y niños como el motor del aprendizaje. El aprendizaje implica moverse, experimentar, salir del lugar en todos los sentidos.

EL ACOMPAÑAMIENTO
La persona adulta acompaña el proceso de aprendizaje como observadores y facilitadores, cuidando la calidez y la calidad de las relaciones que establecemos con el niño y la niña.
Esto conlleva un constante trabajo de auto-observación en el que vamos percibiendo nuestros juicios, las valoraciones y las comparaciones que solemos emitir en diversas situaciones cotidianas.
El acompañamiento respetuoso a la infancia presupone que, cada vez más, nos dirijamos al niño o la niña con profundo respeto hacia su ser y hacia su ritmo propio, singular y único.
EL AMBIENTE
Otro aspecto importante en la Educación Activa o Vivencial es el de crear ambientes para el aprendizaje o entornos preparados, a través de espacios diferenciados que ofrecen variedad y adecuación de materiales para que las niñas y niños puedan elegir e interactuar según sus intereses y capacidades, para desarrollar diferentes factores cognitivos.
De nuevo, la dinámica que regula estas relaciones entre el niño/ niña y su entorno parte del interior, siendo su actividad autónoma un reflejo sabio que responde a lo que el niño o la niña desea, necesita y es capaz de hacer y de aprender en un determinado momento.
Los materiales que encontrarán a su disposición deben ser atractivos, variados, estructurados y no estructurados; tienen que ajustarse a la etapa de desarrollo en la que  el niño se encuentra y permitir la manipulación libre de forma segura y placentera.
Un ambiente preparado incluye también la presencia de un adulto disponible y un grupo de otras niñas y niños de distintas edades, que, siguiendo su impulso vital, están en constante relación entre sí y aportándose desde la diversidad.
En estos espacios y proyectos educativos se le da prioridad al desarrollo armónico de la personalidad, a la vivencia de relaciones humanas saludables y respetuosas, aportando a las niñas y niños una sólida y positiva referencia de lo que es vivir en comunidad.

LIBERTAD DE MOVIMIENTO
Para que todas esas interacciones sean posibles, es indispensable que haya libertad de movimiento.
“Devolvamos a las niñas y niños la fuerza de movimiento… ¿Cómo, sino, podrían explorar el entorno, relacionarse con el grupo, experimentar los límites del cuerpo o desarrollar la autonomía?”

Es a través del movimiento, de la acción psicomotriz, donde el niño se construye a sí mismo.
Las experiencias cotidianas se afianzan prioritariamente en el cuerpo, y sobre esa estructuración del cuerpo se apoyarán las estructuras emocionales, cognitivas, psíquicas, simbólicas, etc. Por lo tanto, se hace muy difícil plantear el desarrollo integral del ser humano en unas condiciones que limitan al cuerpo y su movimiento, obligando a los niños y niñas a sentarse durante horas o a postergar
sus necesidades fisiológicas, por ejemplo.
Ese movimiento libre no debe confundirse con un “dejar hacer” desenfrenado y sin presencia adulta. Hay un marco muy definido en el que ocurre el movimiento libre, organizado por límites claros que ayudan a mantener el ambiente relajado y protegido, ya que es esencial que los niños y niñas se sientan seguros para poder desarrollarse en su totalidad.

ROL DEL ADULTO
Otro aspecto importante, para alcanzar ese entorno de seguridad y aceptación, es la manera en la que el adulto se comunica con los niños y las niñas, esa comunicación atenta, consciente, cuidada, respetuosa que va encontrando su eco y su reflejo en los intercambios y las relaciones entre los propios niños.
Podríamos pensar en dos matices de la comunicación respetuosa: por un lado la manera en la que hablamos y nos dirigimos al niño, y por otro nuestra actitud de escucha.
Respecto a cómo nos expresamos, la comunicación respetuosa se basa en un lenguaje esencialmente descriptivo, más que interpretativo, en el cual se busca verbalizar en primer lugar los hechos observados, para luego expresar cómo nos sentimos con relación a ellos y, finalmente, qué necesidades percibimos que no están satisfechas y cómo pensamos que podrían llegar a serlo.
Así, se evita juzgar, comparar, generalizar o menospreciar lo que el otro hace o dice, hablando desde uno mismo y de nuestra propia realidad en vez de enfocarnos en los demás.
Respecto a nuestra escucha, podríamos hablar de una escucha activa que consiste en percibir y acoger con amplitud, aceptando el completo discurso del niño, su situación y su expresión, sin juicio, pero con una profunda contención emocional.

ROL DE LAS FAMILIAS
Es importante la co-participación de las familias, promoviendo la colaboración, el intercambio, la formación y el aprendizaje de todos los adultos que tienen influencia en el desarrollo de las niñas y niños. Todos aprendemos nuevas maneras de relacionarnos, de crecer juntos, que buscan el respeto mutuo y las estrategias de gestión y de desarrollo que lo posibiliten. Se trata de generar espacios de convivencia, que ofrezcan al niño un marco de confianza y coherencia.

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MI PRIMER DÍA DE COLE

En unos días, algunas de nuestras criaturas comenzarán su formación escolar ¡la primera vez que van al cole! Y la primera vez para muchos de ellos y ellas, que están en un lugar solos (sin mamá, papá o algún otro miembro de la familia), es la primera vez que se SEPARAN de su núcleo de seguridad.

¿Qué sienten las criaturas en estos momentos?

MIEDO

  • Aunque le hayamos explicado un millón de veces que van a un sitio muy chulo y que se lo van a pasar genial, no nos entienden. Y no lo hacen porque no pueden. Los peques, no tienen aún la capacidad de pensar en el futuro. Su vida transcurre en el presente.
  • Ya se que para la mayoría de padres y madres esto es inconcebible pero los peques no saben si su mamá y su papá volverán a por ellos.
  • La persona adulta de referencia, aún no es SU persona adulta de referencia. No sabe si lo va a calmar cuando se encuentre triste o si le va abrazar cuando lo necesite.

RABIA

  • Posiblemente todo este miedo y tristeza se manifieste en forma de RABIA. Las niñas y niños, quieren estar con sus figuras de AMOR, que son sus familiares más directos y no tenerlas, provoca una sensación de frustración que se descarga por medio de la RABIA.

¿Cómo podemos hacer este transito menos traumático?

  • Objeto transicional: todas las criaturas tienen un objeto que les permite hacer la separación psicológica de la madre. ¿Alguna vez habéis visto a un niño o niña con una mantita, peluche o muñeco que arrastra a todas partes? Posiblemente sea su objeto transicional. Por lo tanto, si se agarra con fuerza a ese peluche y quiere llevárselo al centro escolar, permitírselo.
  • Objeto escogido por la familia: también podéis escoger un objeto pequeñito que pueda meterse en el bolsillo. Recuerdo que una de las peques con las que he trabajado, llevaba una pinza del pelo que utilizaba su madre metida en el bolsillo del uniforme. De vez en cuando, la sacaba y la olía y luego la volvía a guardar. Podéis decirle a los peques que es vuestra objeto mágico, que a vosotros os calma y estáis seguros que a ellos o ellas les va a calmar también cuando lo necesiten.
  • Comunicación que “sostiene”: deberemos evitar los “no llores” o los “no es para tanto” y estar abiertos a que nos expresen sus emociones de tristeza y rabia (evitando la violencia hacia nuestra persona y canalizándola) validándolas y devolviéndoles amor y seguridad.

Como podéis observar, el objetivo es que mientras los peques VINCULAN con el nuevo centro y con los profesionales que trabajan allí, tengan algo a donde agarrarse para que les consuele en los momentos de fragilidad y vulnerabilidad PROPIOS Y NORMALES de su edad y completamente esperables en un situación como esta.

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SALUD, EMOCIONES Y LITERATURA

Salud

El ser humano está compuesto de muchas cosas: una nariz por aquí, un pié por allá, un estómago que se encoje de miedo, unos ojos que lloran de alegría…Manuel que lleva de baja dos meses tras la pérdida de su hijo, Clara que se pasa horas y horas bebiendo porque no encuentra  trabajo.

Los seres humanos estamos compuestos por  un cerebro triúnico: un cerebro visceral e instintivo, un cerebro mamífero o emocional y un cerebro humano, que interpreta nuestra experiencia y organiza nuestra interacción con el mundo, un cerebro que piensa.

Para que las personas adultas y las criaturas estemos sanas, debe haber armonía entre estos tres cerebros, la salud debe ser integral: física, emocional, mental, espiritual y social y para alcanzar las personas debemos ser y estar conscientes de lo nuestro, de nuestras necesidades y hacernos responsables de ellas. Todo ello basado en un aquí y ahora, en el presente.

Para saber lo que necesitamos, la importancia “del otro” es absoluta ya que  aprendemos a través de la interacción con las personas que nos rodean: en un primer momento con las “mamás” y “papás”con las que hacemos un vínculo que posteriormente, condicionará en mayor o medida, nuestras relaciones fuera del ámbito familiar.

Emociones

El vínculo con mamás y papás y la forma en la que ellas y ellos satisficieron nuestras necesidades, influirá en gran medida, en cómo nos las cubrimos a nosotros y nosotras mismas cuando somos adultos.  Por norma general, el ámbito emocional, no ha sido trabajado ni mirado.  La importancia de una buena autorregulación emocional es vital para enterarnos de qué nos pasa y de qué necesitamos.

Mi trabajo con las criaturas y las mamás y papás se centra principalmente en este ámbito, en la atención al niño y niñas, en la mirada tierna y amorosa a esa criatura pequeñita que depende del adulto para que le devuelva lo que le pasa, para que le sirva de espejo y de guía para autoconocerse y autorregularse.

Literatura

Y es aquí donde entra el fabuloso mundo de la literatura. Para mi los libros y los cuentos principalmente, también son espejos donde las personas nos miramos: ese personaje misterioso y atrevido que tanto nos atrae, esa aventura que ha estado dando vueltas en nuestra cabeza mil y una veces y de repente un día vemos plasmada en una hoja…

Es una forma de contactar con nuestro mundo interno de una manera cuidadosa, sin exposición y sin crítica directa a uno o una misma.

En el caso de los niños y niñas, contamos un recurso que les es propio por su periodo evolutivo: LA FANTASÍA Y LA IMAGINACIÓN.  Decía Albert Einstein “la imaginación es más importante que el conocimiento”. Esa imaginación que nos permite generar representaciones mentales de lo que percibimos mediante los sentidos, en ausencia de estos y por lo tanto, de movilizar todo el campo emocional.

Cuando cuentas un cuento, criaturas y adultos dan la mano a ese personaje que tiene mucho miedo, que tiene mucha rabia, que tiene mucha tristeza y le acompañan en su recorrido, en el camino que emprende para sentir la emoción que tenga, verla, ponerla en común, pedir ayuda y aceptar y resolver eso que siente.  Y vas viendo como los ojos de los más pequeñitos van cambiando. Y observas como las mamás y papás conectan con su niño y niña interna y desde ahí, consiguen ver a sus hijos e hijas, comprendiendo la hermosa y frágil etapa en la que se encuentran.

Termino con el párrafo de un estupendo libro “Los niños, el miedo y los cuentos” de Ana Guitiérrez y Pedro Moreno de la colección AMAE que dirige una de mis grandes maestras Loretta Cornejo.

“En este sentido, tanto con niños como con adultos, las estructuras metafóricas, los relatos y los cuentos te transportan a ese mundo, a esos moementos en los que asumiendo desde el la razón que seguimos donde estamos, las emociones afloran proyectándose en las imágenes que le sugerimos y se mueven. Se reorganizan gracias a la solución que le sugerimos y que les tranquiliza desde “el darse cuenta emocional””.

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ALEGRÍA

«La alegría es la emoción relacionada con la sensación de satisfacción en el aquí y ahora. Conectamos con ella cuando nos ocurren acontecimientos positivos, cuando logramos alguna meta que nos habíamos propuesto o tenemos una sensación placentera. Se produce en situaciones que nos confirman nuestro valor como persona.».

Macarena Chías y José Zurita nos presentan así la emoción de la alegría.

Hace unos meses en un cuentacuentos, pregunté a los niños y niñas qué cosas les hacían sentirse alegres. Para mi sorpresa, se hizo un gran silencio y tan sólo un par de peques dijeron algo. Esto me hizo reflexionar y pensar que esta emoción, a pesar de todo el «boom» que rodea a la psicología positiva, no está muy mirada en torno al ámbito infantil. Quizá sea que cuando hablamos de niños y niñas, se nos viene directamente la imagen de criaturas riendo, como si esta emoción les fuera propia. Y claro está, que esto no es así, que la alegría también hay que transitarla y «educarla».

En el día a día hay muchos momentos en los que la alegría está presente. Al igual que en la emoción del PODER está íntimamente relacionada con la autoestima: cuando trabajamos y conseguimos lo que queremos, la alegría nos inunda.

Su expresión es la risa, la risa auténtica y sana que nos abre al mundo, a los demás y nos anima a compartir.

¿Cómo podemos validar esta emoción?

  • Diciendo cosas del tipo: «cómo me gusta cuando te ríes, cuando te muestras tan contento».
  • Con gestos o actitudes aprobadoras (abrazos, caricias…)
  • MIRANDO la vida emocional de nuestros peques y preguntando. Si un día los vemos muy alegres, podemos preguntar qué es lo que hace que se sienta así.
  • Mostrarles nuestra alegría: cantando, riendo con ellos y ellas, jugando.
  • Rescatando a nuestro Niño y a nuestra Niña interior.
  • Mostrándoles los momentos y acciones no adecuados: por ejemplo reírse de un amigo o amiga.

A veces, todo este torrente de alegría nos puede abrumar, es lícito y normal y también es muy importante no descalificar de forma sistemática las manifestaciones sanas de alegría.

Los niños y las niñas alegres, son ruidosos, se mueven, son espontáneos y exploran. La sonrisa inunda sus caras y sus ojos brillan. Acompañar desde el «permiso a mostrarse alegres» les ayudará a sentir y MANIFESTAR esta emoción.

 

 

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POMELO ES…

Pomelo es el personaje infantil más INFANTIL que ha caído en mis manos.

Había oído hablar de él, aunque nos conocimos en el mejor lugar del mundo: EN LA BIBLIOTECA INFANTIL del barrio de Tetuán.

Desde el primer momento me dejó completamente ENAMORADA y absolutamente enganchada a todas sus aventuras, ¡que son ni más ni menos que 11!. Pero como siempre, hasta que no vi la reacción de las criaturas cuando se lo leí, no confirmé lo que mi peque interior llevaba horas gritando: ¡YO QUIERO UN POMELO!!.

Os voy a explicar quien es este simpático amigo, igual que se lo expliqué a mi chico el día que lo traje a casa: «Pomelo es un elefante rosa, que vive debajo de una flor de diente de león, en un huerto y es…adorable».

Además de disfrutarlo mucho por el simple hecho de leerlo, se puede trabajar el ámbito emocional y cognitivo de los peques. A los adultos nos sirve para VER la infancia desde una mirada muy muy infantil: sus preguntas, sus miedos, sus alegrías, su forma de ver el mundo desde esa posición más bajita…

Pomelo nos enseña el mundo bajo la mirada dulce, tierna, inocente y divertida de un niño o niña y nos lo cuenta ¡como si lo fuera!. Creo que por eso gusta tanto a los peques: es por y para ellos y ellas.

Un imprescindible de Ramona Badesku y Benjamín Chaud que os aconsejo esté en vuestras bibliotecas.

 

Si pincháis aquí: KOKINOS, os enlaza a la página donde podréis ver todas sus aventuras.

Un abrazo enorme

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MIEDO

El miedo es una emoción que nos provoca sensaciones desagradables. Pese a la poca fama que esta emoción tiene y lo poco aceptado que en ocasiones es, el miedo es el «chivato» que nos avisa de los peligros y hace que nos pongamos en alerta y en tensión. ¡¡ES UN GRAN PROTECTOR!!.

Existen diferentes formas de reaccionar ante una situación o cosa que nos de miedo. Según estudios realizados en animales, podemos diferenciar tres tipos:

  • Huida
  • Lucha
  • Pasividad (paralización, agitación, sobreadaptación, respuesta pasiva-agresiva)

La causa principal del miedo en niños y niñas es la pérdida del AMOR de su madre y de su padre:  el MIEDO AL ABANDONO.

También sienten mucho miedo ante determinadas conductas, como los enfados. Cuando una criatura ve a su padre o madre enfadados, cree que ya no se les quiere. A parte de este miedo, existe otro tipo, el miedo lógico, asociado a elementos de la realidad que se perciben como amenazantes o peligrosos y que aparece dependiendo el periodo evolutivo:

  • 6 meses: estímulos nuevos
  • 9 meses a 2 años: separación de la madre
  • 3 años: miedo a los perros
  • 4-6 años: cuando son dejados en el colegio, miedo a que no vuelvan a por ellos.

 

¿Qué podemos hacer los adultos para ayudar a los peques con el miedo?

Me parece importante transmitirles que el miedo es una emoción normal, y que todas y todos lo tenemos.

Aquí os dejo algunos consejos:

  1. Acompañándolos: el adulto debe mirar el miedo del niño acogiéndolo y validándolo. Recordemos LLORAR ES UN DERECHO DEL NIÑO Y LA NIÑA.
  2. Con amor.
  3. Sin crítica, menosprecio, sorpresa o burla. (¿esto te da miedo?/ no es para tanto/ ¡oye ladrar al perro y llora jajajajajaj)
  4. Dibujándolo.
  5. Metiendo su miedo en una caja.
  6. Contándole cuentos donde el protagonista vence su miedo.
  7. Dando mucho AMOR.
  8. Con contacto y comprensión.

Aunque lo que más calmará a los niños y niñas será sentir la protección, aceptación y seguridad de los brazos de mamás y papás.

Bueno, y dándoles mucho amor (no se si lo había dicho antes 😉 )

Blog, Opinión

Enseñar BONITO

Esta semana hemos hablado mucho de DISCIPLINA POSITIVA. El motivo principal es que después de mucho leer y practicar, considero que es una muy buena herramienta para criar y enseñar a los peques y para VIVIR, así de forma general.

Pero, ¿qué es la DISCIPLINA POSITIVA?. Este término se le atribuye principalmente a la doctora Jane Nelsen, terapeuta de pareja y de familia licenciada en California. La doctora Nelsen fue orientadora de educación primaria y profesora de desarrollo infantil durante diez años. Tiene siete hijos y dieciocho nietos y es autora y coautora de dieciocho libros, incluyendo la popular serie de disciplina positiva.

La disciplina positiva es enseñar con cariño.

Y es aquí donde muchos adultos «cortocircuitan» y confunden el poner límites sin gritos, ni malas caras ni adiestramiento militar, con la PERMISIVIDAD. La principal diferencia entre la disciplina positiva y la permisividad, es que desde la disciplina positiva se ENSEÑA Y ACOMPAÑA al peque: HAY UNOS LIMITES Y HAY AFECTO Y CARIÑO. Desde lo permisivo, el niño o niña tendrá cariño aunque no límites y si los tienes no serán constantes y claros y por lo tanto no válidos.

La autora nos cuenta como la Disciplina Positiva es «como un rompecabezas de muchos conceptos (piezas). Es difícil ver la imagen completa hasta no tener todas o casi todas las piezas. A veces, un concepto no tiene sentido hasta combinarse con otro concepto o actitud».

  • Comprender los objetivos de la mala conducta.
  • Amabilidad y firmeza al mismo tiempo.
  • Respeto mutuo.
  • Errores como oportunidad para aprender.
  • Responsabilidad social.
  • Reuniones de familia y clase.
  • Implicar a los niños y niñas en la resolución de los problemas.
  • Motivación.

Estas son las piezas de las que habla la doctora Nelsen.

¿Y qué pasa con lo de siempre?. Lo de toda la vida funciona, a mi no me trataron así y mira que bien he salido.

Lo de toda la vida funciona. Los zapatillazos, amenazas y gritos funcionan a corto plazo, ya que cortan la conducta que no queremos de la niña o niño. Pero, ¿a qué precio?. A largo plazo está comprobado que crean adultos inseguros, dependientes, miedosos, violentos y poco capaces.

En estos días de tantísima violencia, soy consciente de que NO hemos salido tan bien y me pregunto cómo no despertamos todos y nos planteamos un cambio, porque está cada vez más claro, (solo hay que escuchar las noticias), que «lo de toda la vida», no nos está llevando por buen camino.

Un abrazo

Ana

 

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NECESIDAD DE CRIANZA

 

Desde mis gafas he tenido la suerte de ver a un grupo de madres y padres intercambiando vivencias, preocupaciones y consejos. Y no ha habido crítica, ni culpas, ni caras extrañadas, tan sólo empatía y acompañamiento.

Este es uno de los objetivos que me marqué a la hora de crear el taller «Lo que se espera de tu hija o hijo de 0 a 3 años». Una zona de confianza, un lugar de desahogo, un templo seguro donde poder expresar dudas, compartir logros, visibilizar las emociones y los discursos negativos y culpabilizadores…un espacio para cuidar y mimar la maternidad y la paternidad.

Un encuentro donde volver la mirada a las criaturas, las que acaban de nacer o las que lo hicieron hace ocho, dieciocho o veinticuatro meses. Aprender lo que  traen, cómo se mueven, cómo aprenden, cómo crecen. Y volver la mirada a las otras criaturas, las que llegaron hace veintiocho, treinta y cinco o cuarenta años. Esas que se encuentran dentro de cada una de las mamás y de los papás.

Creo firmemente que una de las herramientas BÁSICAS para poder criar de manera respetuosa, es conocer cómo nos criaron a nosotras y nosotros: ver nuestras heridas, reconocer que a veces eso que tan poco nos gusta de nuestra madre o padre, se repite en nosotros de manera automática; coger con cariño los «errores» que han cometido con nosotras y reconocer con humildad todo lo bueno que también nos dieron, aunque no coincida con el estilo de crianza que queremos para nuestros hijos e hijas.

Después de mucho tiempo de trabajo personal y formativo he llegado a la conclusión de que lo que necesitan los peques son una madre y un padre lo suficientemente buenos. ¿Y eso qué es?: una madre y un padre que den SEGURIDAD, AMOR, PRESENCIA, CONTENCIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO.

Para ello, las mamás y papás NECESITAN ESTAR. Necesitan horas con sus peques, necesitan tiempo de calidad donde poder conocerlos y de esta forma ayudarlos a salir  al mundo de una forma segura y sana.

Este es otro de los objetivos del taller y del proyecto. Y es que si queremos MIRAR LA INFANCIA, necesitamos estar ahí con ellas y ellos, no el tiempo que nosotros creamos conveniente sino el tiempo que ellos y ellas necesiten.

Se que muchas familias leerán este artículo y podrán pensar: «lo primero es que tenga un plato de comida encima de la mesa», «ya me gustaría a mí pasar más tiempo con mi hija». Este artículo no pretende culpabilizar a nadie. Este artículo pretende HACER VISIBLE una necesidad que se nos está quitando y creo y siento que es un derecho natural: tiempo para criar a personas sanas, queridas, amadas, miradas, seguras y HUMANAS.

Un abrazo enorme

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AMOR

Me apetecía mucho muchísimo comenzar por esta emoción, la emoción del AMOR.

La considero un imprescindible para la supervivencia HUMANA. Es el amor de mamá, papá o la figura de apego principal de niños o niñas lo que hace que cree el vínculo que nos une para VIVIR.

En algunas ocasiones hablando con amigas, salió el tema del AMOR INCONDICIONAL.

Siempre me chirrió eso de amar a toda costa a una pareja o a un amigo o amiga. ¡¡Que complicado me parece!!. En este tipo de conversaciones fue donde empecé a ver que esa emoción tan solo me cuadraba en casa, en familia, en la relación de madres o padres para con sus hijas e hijos.

Las criaturas necesitan que las quieran porque sí, por el simple hecho de existir. ¿Y por qué es tan importante que a las niñas y niños les llegue esta incondicionalidad?. Porque este amor inspira confianza y esta confianza, se va integrando dentro de ellos, haciéndola suya.

¡¡La energía del confiar en uno mismo es ESENCIAL!!

Sentirse queridos por los demás es una necesidad básica para todas y todos. Va a permitir que los peques tengan un buen desarrollo emocional. Incorporar el amor que recibimos, hará que construyamos nuestra propia autoestima junto con nuestro autoconcepto y autoaceptación. El amor permitirá que las criaturas afronten la vida con SEGURIDAD.

¿Y como hacemos para darles amor?

Os voy a dar un pequeño adelanto, sacado del libro de «Emocionarte con los niños» de Macarena Chías y José Zurita, que me ha gustado muchísimo:

Las niñas y niños sienten amor:

  • Cuando les miran y les prestan atención.
  • Cuando les sonríen y les expresan su afecto.
  • Cuando les alimentan, limpian o intentan saber qué es lo que necesitan.
  • Cuando les escuchan (su balbuceo cuando son bebés y, años más tarde, lo que les dicen de forma clara y comprensible).
  • Cuando responden a sus preguntas.
  • Cuando les explican las cosas que no entienden.
  • Cuando les enseñan lo que deben hacer o lo que no deben hacer.
  • Cuando les dedican tiempo para jugar o simplemente para estar juntos.
  • Cuando se preocupan por su salud, por si sienten frío o calor.
  • Cuando les preguntan cómo se siente su niño o niña, si está feliz, triste, molesto, o tiene miedo.

Un besazo grande llenito de AMOR.