Cada uno de nosotros y nosotras, como adultos, tenemos una forma de vivir y gestionar las emociones. La forma en la que nos vinculamos a nuestra mamá y papá y el modo en el que ellos y nuestro entorno de crianza gestionaran el ámbito emocional, va a influir en la forma en la que tratemos y enseñemos la gestión de emociones a nuestros peques.
Aquí de nuevo me paro para repetir algo que me parece muy importante teniendo en cuenta el “BOOM EMOCIONAL” de los últimos tiempos y el destape de “nuevas” formas de educar: TODOS, TODOS LOS PADRES Y MADRES, hacen lo que creen mejor para sus hijos e hijas. Estoy segura que el AMOR mueve la gran mayoría de sus decisiones y que sus intenciones son siempre las de dar a su hija o hijo todo lo mejor.
Pese a ello, y como he comentado anteriormente, TODOS y TODAS tenemos una historia y a veces, nuestras heridas de peques y nuestras tareas de adultos, dan como resultado una intencionalidad en la crianza, más dirigida a nosotros y nosotras mismas, que a las criaturas.
Por supuesto, no es tarea fácil ser conscientes de ello las 24 horas del día y que además, el ritmo actual nos deje actuar.
Por todo ello, os dejo una serie de orientaciones y consejos que creo os pueden ayudar: (os las dejo desde el respeto, la humildad y el AMOR).
1º La educación de adulto a niño (una relación VERTICAL, en la que alguien “manda” sobre otro), la intención de lo que hacemos y enseñamos, debe ir dirigida al NIÑO O NIÑA. ¿Os imagináis ir al médico con un esguince y que os recetara vitamina C porque él está resfriado?.
2º Los niños y niñas observan y ven como expresáis y vivís las emociones. DAOS EL PERMISO DE SENTIR Y MOSTRAR y por supuesto de EXPLICAR a la criatura qué es lo que pasa, siempre acorde a su edad. Si os han dado una buena noticia y estáis MUY FELICES…¡DECIDLO!.
3º Los niños y niñas necesitan poner nombre a lo que sienten. Si al peque se le rompe un juguete y llora, el adulto acompaña y enseña esa emoción: “Vaya el juguete se ha roto y eso te ha puesto muy triste”.
4º El niño necesita una “devolución de información” inmediata y ADECUADA. Y en el “adecuado” me paro. Este punto no resulta nada fácil. Adecuado significa, que cuando veáis a vuestro hijo de 3 años que va corriendo feliz por la calle y se cae, no correr DESPAVORIDOS hacia él. Incluso con el tiempo, deberemos esperar a que él solito se levante del suelo. (ufffffffff ¡qué difícil!)
5º Lo que decimos debe ir de la mano de lo hacemos. ¿Os acordáis de “los niños son expertos en lenguaje no verbal” de la entrada anterior?. Si HABLAMOS de tranquilidad, debemos TRANSMITIRLA.
6º Y esta última, os la dice mi niña interior: Por favor, NO IGNORÉIS. No nos ayuda. 😦
RECORDAD: Las criaturas verán el mundo de la forma en la que vosotros y vosotras se lo enseñéis. Con el tiempo, irá al colegio, a actividades extraescolares, a reuniones con los primos, jugará con sus vecinas, etc… e irá aprendiendo de los mundos de los otros. Aunque, la BASE, la estación desde la que ellos y ellas viajarán, será la que vosotros y vosotras le hayáis enseñado a construir.